“ Redención “

                        Esta obra surge de la dualidad moral entre el Bien y el Mal. Representados en una figura masculina, donde el Mal corresponde a la parte inferior de ella, con sus partes rotas, corroídas o vacías, y el Bien, que corresponde a la parte superior y a los detalles de construcción, textura y collage empleados.

La pieza, en origen, ha sido creada en cera, por su versatilidad a la hora de

ensamblar diferentes materiales, tales como madera y textiles que, con iguales

características de combustión, permiten su adherencia, dan un interés

particular en algunos de sus detalles y un acabado más refinado a la obra, que

contrarresta con las partes huecas, desaparecidas o derretidas. La peana en

forma de elipse o de óvalo, representa el abismo del infierno como un ente

cerrado de difícil evasión. La posición del cuerpo estirado, erguido, y mirando

hacia el firmamento que indica todo lo contrario, deseo de libertad.  La composición y dinamismo de las extremidades, la colocación de las alas, así como los colores empleados en la pátina, sugieren la elevación y ascensión de la figura desde el infierno hacia el cielo, en forma de ángel, y simboliza la remisión del Mal frente al triunfo del Bien.